Cara triste de agonía que tu corazón mitiga por la falsedad de una palabra que escucha tu pequeño oído y avisa tu gran herida que responde una lagrima en la mejilla…
Y un ángel que te abraza sin temor ni orgullo en las noches frías de otoño que juega con el llanto de la primavera y no cree en su mentira .
Con la promesa de un llanto que propone y descompone como una lanza que destruye un gran escudo
Que atormenta un corazón blanco y puro.
Por: Alberto Mauricio Muñiz Martínez.
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