Me arregle y salí de mi casa, espere el camión, subí, iba todo el camino pensando en lo que pasaría, pensando en que decirle, que hacer y como tratarla. Al llegar al centro revise mi hora, era un poco tarde, iba tan deprisa y muy distraído que ni cuenta me di de que había olvidado ponerme la playera, solo me fue en camiseta y un suéter ¡vaya tonto! me dije a mi mismo, acto seguido volteo y me encuentro con una amiga de la universidad me quede un par de minutos hablando con ella de las vacaciones, "¡Vaya que hacia frió ", y yo de tonto olvidando ponerme una playera. Me despedí de mi amiga y seguí caminando acelerando el paso que ya iba retrasado, llegue a la plaza, me fui por la parte de atrás a buscarla, no estaba, me quede sentado en una banca común fue ahí que recordé el sueño que había tenido al despertar, me levante de ahí y me dirigí a esa banca, solo vi a una chica de espaldas, una chica muy diferente, en mi mente dije "no puede ser ella", me acerco, ella voltea, me ve de tal manera como si yo fuera un fantasma, la veo fijamente, me quedo sin palabras, ambos nos acercamos y nos damos un fuerte abrazo, un abrazo infinito, un abrazo diferente a cualquiera que había dado, un abrazo lleno de cosas que no puedes decir pero con ese gesto simplemente lo dices todo, vaya que me hacia falta uno de esos. Nos sentamos en la banca y solo dije, "¡Wow esto es lo que soñé ", ella solo sonrió, para romper el hielo le dije, "Con que tu eres la tal Griselda", ella sonrió y solo dijo, "oh si, y tu debes ser ese tal Eduardo", sonreí y le conteste "pues mucho gusto el conocerte, mis amigos me han hablado mucho de ti y pues hasta que se me hizo conocerte", aun no se por que ella me siguió ese juego tonto, pero funciono, seguimos platicando, comenzó a platicar de su vida en Saltillo. Estábamos un poco incómodos como extraños, de pronto sonó una canción de fondo, si era una de las tantas canciones que yo le dedicaba, era como si el destino había querido que nos juntáramos de nuevo, y ahí estábamos sentados en esa banca solos como dos extraños hablando mucho pero de nada a la vez. Después de un rato hablando le pregunte que si tenia hambre, ella dijo que si, le dije; "vamos a comer, anda yo te invito", fuimos, comimos, aun sigo pensando que si hubiéramos sido amigos como ella quería que fuéramos ese hot-dog no se hubiera desperdiciado, bueno eso digo. Hablamos y hablamos sin parar, nuestros planes, nuestro futuro. Le compre aquella rosa que el vendedor tanto insistia, ella no se lo esperaba, claro era muy obvio que ni ella se la creía que íbamos a ser aquellos buenos amigos que eramos antes, ¿donde había quedado nuestro hermoso pasado juntos?, platicamos, no se que paso pero aun me sigo preguntando el por que de ese encuentro, no lo entiendo, no se que pensar, solo se que ese fue el ultimo día en que la volví a ver.
-Evan Fuentes
-Evan Fuentes
